Con la suspensión de clases presenciales por causa de la pandemia, la escuela y la labor docente han sufrido cambios, han debido reinventarse y, muy al contrario de lo que piensan algunos sectores políticos y parte de la sociedad los docentes no nos hemos quedado en casa tan solo abandonando la labor que nos fue encomendada.
Me niego a reconocer que el descontento de la sociedad con la modalidad de clases virtuales y con los docentes se deba exclusivamente a que el estado, las instituciones que dirigen la educación o los padres piensen que con clases presenciales los niños aprendan más. Los que proponen el regreso a clases presenciales en época de pandemia manifiestan que los niños estarán mejor en presencialidad que estudiando de manera virtual en casa, que los menores no son vectores de contagio entre otras razones dentro de las cuales se extraña las razones de componente pedagógico.
Ahora bien, que los niños sufren por el confinamiento es una realidad, que se deteriora su salud mental también lo es y en otra entrada de este foro ya lo comentaba. Pero lo que no es lógico es presenciar un discurso en contra de los docentes porque nos negamos a retomar clases presenciales en escuelas donde no se garantizan las medidas de bioseguridad que tanto se pregonan. ¡Señores, los docentes somos humanos, tenemos familiares adultos mayores, padres, madres, abuelos a quienes debemos cuidar! ¿de cuándo acá la salud de los profesores, comunidad educativa en general vale menos que la de otros sectores de la economía?
Son muchas las razones que han llevado a la comunidad a señalar, estigmatizar y en muchos casos descalificar la labor que realizamos los profesores, una de ellas es el constante señalamiento y difamación que ejercen algunos sectores políticos del país, pero otra es que la profesión se ha prostituido.
Con lo anterior me refiero a que cualquier profesional varado puede pensar en ser educador, cuántos ingenieros, economistas, y profesionales de otras áreas han llegado a dar clase a la escuela sin más experiencia en la labor docente que las clases que recibieron, motivación tal vez no les falta, pero la experiencia sí, seguramente la idea que tienen estos profesionales sobre ser buen docente sea querer ser como el profesor chévere que les dictó clases en la universidad.
Ojo, con lo anterior no pretendo descalificar a los profesionales que se prepararon para ser buenos en su ramo, ¡el ingeniero, pues a lo suyo! y así con los demás profesionales. Yo lo veo fácil, en mi caso, formado como docente:
no me veo haciendo los estudios para la construcción de un puente, lo que corresponde a un ingeniero,
no me veo haciendo el diseño de un edificio, lo que corresponde a un arquitecto,
no me veo recetando medicinas, lo que corresponde a un médico,
no me veo litigando, lo que corresponde a un abogado, y no me veo en un largo etc.
Hago una salvedad, hay profesionales en otras áreas del conocimiento que también se han formado como educadores, pues fácil, ellos también son docentes y seguramente entenderán el punto que quiero desarrollar.
Pero del otro lado de la moneda, todos creemos que podemos meter mano en la profesión docente, no solo el caso de los profesionales que terminan como docentes, también la sociedad diciendo cómo debemos hacer nuestro trabajo. Padres de familia que nos dicen la metodología que debemos emplear, administrativos exigiendo resultados desconociendo o de plano descalificando nuestro trabajo, etc.
Además de lo antes expuesto, existe en el imaginario colectivo que la escuela además de educar debe guardar de peligro a los estudiantes y si bien esto es cierto, se debe reconocer que no es la función principal de la escuela. Sin embargo, gran parte de la sociedad ve a la escuela como mera guardería para sus descendientes.
José Ortoneda, expresa su opinión sobre las clases virtuales (Foro de lectores diario El Universo, 2020)
El hecho de que los profesores dejan la mayor responsabilidad a los padres en cuanto a la capacitación de sus hijos, sin tomar en cuenta que la mayoría de ellos trabaja y no les es posible atender el trabajo en otro lugar o en casa, y a sus hijos en un mismo horario…
En esta opinión se deja entrever que el padre de familia se queja que los docentes de sus hijos no tienen en cuenta que él como, la mayoría de padres de familia, debe trabajar y que no le es posible atender a sus hijos y al trabajo en el mismo horario. Estimado José, creo necesario responder a su comentario recordando que muchos de los docentes son también padres de familia, así que el inconveniente que manifiesta sobre atender el horario laboral y compartirlo con el acompañamiento de sus hijos es un mal común a todas las profesiones.
Quería con las anteriores líneas evidenciar mi descontento con el alto grado de estigmatización al que la sociedad a expuesto la profesión docente, pero más allá de este desahogo, quiero proponer a mis compañeros profesores que compartan sus experiencias, las propias o las cercanas, en las que la profesión docente se reivindique.
Quiero que comenten de qué manera han tenido que reinventarse para cumplir con la labor que eligieron,
Quiero conocer qué sacrificios han debido hacer para continuar educando,
Quiero que comenten qué dificultades han encontrado y superado para hacer su trabajo,
Quiero conocer y dar a conocer a la opinión en general ¿Qué han hecho los docentes durante pandemia?, desvirtuar a aquellos que piensan que los docentes nos hemos quedado en casa frescos haciendo nada.
La opinión de José es real, fue consultada en:
son menos o más estresantes que los presenciales?(O) - Foro de Lectores - Opinión | El Universo. Recuperado el 16 de marzo de 2021, de https://www.eluniverso.com/opinion/2020/08/09/nota/7935303/teletrabajo-clases-virtuales-casa-son-menos-o-mas-estresantes-que/
A partir de la declaratoria de confinamiento y cierre de las instituciones educativas, se da inicio a una situación incierta al vernos obligados a continuar el proceso de formación desde nuestra casa. El proceso de autoaprendizaje requiere el desarrollo de una serie de competencias, para ello nadie estaba preparado. por otro lado se empieza a generar una serie de información mediática por parte de las entidades del estado, en las cuales pretenden adoptar y aplicar métodos trabajados en otros países desde luego con una cultura y unos procesos formativos muy diferentes. A partir de ahí se genera una tendencia informativa desligada de la realidad de las instituciones educativas, siendo la conectividad una de las principales barreras, el contexto de legalidad y vulnerabilidad de las plataformas como meet, skype etc., que permitieron que personas ajenas empezaran a colarse en las clases; la falta de equipos tecnológicos también se hizo evidente, así que no hubo otra alternativa para los docentes que asumir de manera personal con sus medios, sus equipos y el uso extendido de su tiempo, la continuidad del proceso educativo de sus estudiantes.
Aún hoy sigue esa tendencia de las entidades gubernamentales que insisten en el retorno a las clases sin brindar las garantías sanitarias a la comunidad, insisten en obligar a la comunidad educativa a regresar a las aulas bajo el sistema improvisado de alternancia, descargando toda la responsabilidad legal sobre los directivos docentes, docentes y padres de familia.
La profunda crisis económica que ha generado la pandemia del COVID 19 en las familias colombianas ha hecho que muchos estudiantes deserten del sistema escolar, y que muchos otros se trasladen del sistema privado a los colegiós públicos aumentando el nivel de asinamiento, la cantidad de estudiantes por curso, todo ello incrementa el trabajo de los docentes
Pero más grave que mi caso, algo que me impactó, es el de las compañeras docentes que enseñan a escribir a los niños (digo ellas porque así es en el colegio donde laboro), ellas intentan enseñar las letras, a leer, escribir, los números, a contar, etc.
Pues bien, ellas deben hacer seguimiento a cómo el estudiante escribe, algo que los docentes de básica y media no hacemos. ¿Cómo consiguen esto? Pues bien, consideremos lo siguiente:
Son niños de edades muy cortas,
Son niños que en algunos casos usan celular, pero no son tan hábiles como lo quisiéramos,
Las docentes deben ver cómo escriben los niños, ¡durante la clase!
Los niños no pueden escribir y grabarse al mismo tiempo,
La solución que hallaron, en principio debía funcionar: como los niños no pueden conectarse solos, como deben estar conectados en presencia de un adulto, pues solicitan a ese adulto que enfoque con la cámara del celular mientras que el estudiante escribe.
Pues resulta que esta solución fue la Genesis de otros muchos inconvenientes:
Adultos que no saben usar el celular, en algunos casos quien acompaña las clases son los abuelos,
Adultos que no saben conectarse a una página como Moodle, por más tutoriales en vídeo, reuniones, tutoriales en papel, hay adultos que no logran ingresar a una plataforma de educación virtual, otros que lo hacen y no consiguen abrir los cursos, otros que no tienen idea de cómo escuchar el audio de los videos, en fin, mil peros.
Niños que se conectan desde un computador sin cámara,
Niños que cuentan con conexión a internet solo cuando llegan sus padres, y como esto ocurre normalmente en la noche que llegan de trabajar, pues los niños no se podían conectar a internet en horas distintas a la noche.
Niños que comparten un único dispositivo para conexión a internet con más niños, lo cual limita el tiempo que pueden permanecer en línea y asistir a clases, solucionar tareas, etc.
Solución, pues estas profesoras abandonaron su horario laboral, ahora son profesoras a tiempo completo, es decir, 24 horas, 7 días a la semana. En algunos casos tuvieron que aceptar que no podían ver en clase cómo escriben los niños, solución: que los adultos graben los videos y como hay padres que no se pueden conectar a la plataforma entonces, aceptar que los envíen por Whatsapp, si no pueden grabar los videos, entonces que tomen las fotografías de la letra que haga el niño y la envíen por Whatsapp. Conclusión: atienden grupos de WhatsApp a todo momento.
Solución para los niños que no tienen acceso a internet, o tienen, pero no pueden enviar los videos o fotografías: pues haga guías de trabajo, imprímalas en papel, hágalas llegar a los padres de familia mediante la coordinación académica del colegio, luego, espere pacientemente a que le retornen las guías diligenciadas (que son devueltas en muchas ocasiones pues es evidente que las resolvieron los padres). Que ya calificó y envió las notas al colegio, pues no importa, califique otra vez la guía de principio de año que por fin llegó diligenciada por el niño y no por los padres.
Otro comentario, estoy en desacuerdo con aquellos que hicieron de la labor docente su segunda opción, pero reconozco que hay profesionales, no licenciados, que desempeñan muy bien la labor docente, a ellos les toca duro. Pero apoyo la idea de "zapatero a tus zapatos" si no da la talla.
Muy buen escrito, argumenta, a mi juicio, la excelente labor docente que desempeñan los maestros en tiempos de pandemia, y digo "desempeñan" porque personalmente no he estado en el aula (presencial o virtual) en esta crisis.
Ahora bien, como lo describe Irwin y otros compañeros, todos somos parte de una familia, ya sea como padres, hijos, tios, etc., lo que conduce a ver la labor de los docentes desde otra perspectiva. Personalmente he tenido muchas criticas sobre los docentes que guían la educación de mi casi hija. Pues en principio (hace un año) su profesor de matemáticas asignó un taller que fue tomado tal cual de un libro en línea de la editorial Santillana, y pues hasta ahí casi normal. Lo raro fue las temáticas que pedía desarrollar ya que en su guia de trabajo no explicaba el tema a los niños, quienes acababan de ingresar a Sexto, pero las actividades requerían cierto dominio del tema. Este tema era números enteros (positivos y negativos, más por menos menos, más por más más...) pero los niños a duras penas subsitian con los naturales, así que mi "Sofi" tuvo la suerte de tenerme ahí para explicar, y digo suerte porque soy profesor de matemáticas, entonces pensé que tal vez el profesor se había equivocado de "taller", pero mi sorpresa fue mayor cuando quiso evaluar el tema, pues preguntaba por números relativos y jamás lo había explicado. Eso me llevó a hablar con él (porque además vengo de trabajar con él en la misma institución) y tal vez cuestionarlo un poco. Luego de una agradable discusión el cayó en cuenta de algunos detalles y decidió eliminar estos talleres y las notas obtenidas hasta ese momento. Siento que sus primeros talleres obedecieron a improvisar un poco.
Además, en el mismo colegio y el mismo grado, noté que la niña tenía clase de determinada materia cada quince dias e incluso hasta veinte. Ahí me invadieron muchas dudas...
Si son cuatro sextos y para cada clase ingresan a una misma reunión los cuatro cursos, porqué son tan separadas las clases?
Porqué en un día sólo tenían una clase?
Las horas presenciales eran 4 x materia a la semana y pasaron a ser una cada dos semanas, es decir 30 minutos promedio por semana. Porqué?
Un docente tenía 22 hrs de clase presencial a la semana y en la virtualidad pasó a 1 a la semana (dictando en dos grados diferentes), lo que daría un faltante de 21. Quizás para evaluar, porque las reuniones siguieron normal.
En algunas materias poco avanzaron en temas, entonces digo:
1. Agunos docentes son culpables de la fama que han ganado.
2. Vi excaso compromiso (ojo, no todos) por parte de algunos profes.
3. La calidad de algunas clases dejaba mucho que desear (Hablo desde mi experiencia, lo que viví y además excompañero de estos docentes).
Así como ví las cosas, algunos padres las vieron igual, hasta algunos compañeros. Entonces en conclusión el malestar de muchos padres obedece a las prácticas de algunos docentes. Lo más triste es que por unos pagan todos, por unos pocos se generaliza a todos. Yo sólo sé y hablovde lo que ví.
Se habla de los docentes como si fueran entes externos a la humanidad, quejándose de ellos, agregándoles culpa y responsabilidades… responsabilidades que solo recaen sobre los padres de familia, porque ¿no son ellos quienes son los enteramente responsables de la educación y cuidado de sus hijos? Recordemos que: la educación se recibe en casa, en los colegios la enseñanza… y los docentes los encargados de impartir esas enseñanzas, que generan conocimientos que servirán como herramientas básicas para que los jóvenes salgan preparados para enfrentarse a una sociedad competitiva.
Los docentes merecen respeto, también son seres humanos, padres, hijos, hermanos, tíos, abuelos, también tienen deudas e incluso varios trabajos a la vez. Lo extraño aquí es que no veo ninguna entrevista a docentes sobre como llevan la pandemia, y tampoco veo que los mismos docentes se quejen de tener que cuidar a sus hijos…
Los docentes extendieron su horario laboral para poder atender sus estudiantes habituales y sus nuevos estudiantes (padres), algunos comprensivos, otros agresivos e incluso impertinentes queriendo quitarles protagonismo a los docentes y decirles como deben dar su clase.
Los docentes tuvieron que incrementar sus gastos, en consumo de luz, un mejor plan de internet de banda ancha, además, de su bolsillo tuvieron que invertir en compra de nuevas herramientas tecnológicas, con el fin de poder estar permanentemente conectados con sus estudiantes y seguir impartiendo conocimientos, porque de parte del gobierno, no se ha recibido ningún tipo de apoyo para continuar con la ardua labor que asumieron los docentes desde hace un año que comenzó la pandemia.
Por otro lado, si para algunos docentes es complicado a veces mantener el interés de sus estudiantes en el aula de clase, ahora mucho más, a través de la pantalla, con la desventaja de que el estudiante se puede distraer con todo lo que este pueda tener a la mano en su propia casa. Y es por esto, que el docente a tenido que incursionar en alto porcentaje en la creatividad, la innovación, dedicar tiempo autoformándose en manejo, uso y aplicación de plataformas virtuales, las cuales entregan herramientas de apoyo para las clases.
Aunque para un gran numero de docentes es nuevo, o distante el tema de las TIC en sus clases, sea por pereza, miedo, desconocimiento, falta de tiempo, entre muchas otras, poco a poco, los docentes han ido aprendiendo a manejarlo e ir mejorando el desempeño de sus clases, incrementando el interese de sus estudiantes y generando mejores resultados.
...Pero como la culpa es de los docentes que dejan tanto trabajo… no sigamos cayendo en el ojo de los medios amarillistas y pongamos freno al ataque hacia la comunidad docente, que se revindique nuestra labor.
Todos las labores han tenido que reinventarse, en cuanto a los docentes más no sólo licenciados son los que más han sufrido cambios, ya lo comentaron en tiempos de sus labores, en el manejo de muchas aplicaciones y software.
Ahora en su afirmación que los ingenieros no logren ser grandes docentes si difiero, ya que los que están en la labor es por concurso de méritos a la misma medida que los licenciados y en la actualidad existen asignaturas en que se desempeñan mejor por su disciplina otros profesionales, y si las demás profesiones se capacitan adecuadamente pueden hacerlo de una gran manera.
Como en una oportunidad anterior, manifiesto que los docentes comenzaron un proceso de acomodación tanto a tiempo, manejo de herramientas y procesos que poco a poco se fueron manifestando para lograr acercamiento y mayor atención.
También se fueron generando adaptaciones en cuanto a la forma como se llegó a los estudiantes debido a la falta de recursos tecnológicos y de conectividad.
Que se haya delegado responsabilidad adicional a los padres de familia, es cierto, en especial en grados de básica primaria. Antes el ausentismo de la familia era prácticamente total, ahora la asistencia es mayor, hasta el punto de generar problemas de convivencia en el núcleo familiar ya que el acompañamiento en el proceso de aprendizaje necesita de mucha paciencia, cosa que algunos no tienen.
Pienso que muchos docentes en su buena fe de realizar una labor dignificante, no pusieron limites, viéndose involucrados en tiempos 24/7 en atención a padres, ocultando las carencias en cuanto a equipos y conectividad asumiendo de manera personal lo que otros debieron de entregar. Los docentes hemos caído en un error involuntario, donde se suman las buenas voluntades y se le resta responsabilidad a los órganos estatales encargados de proveer de recursos y demás (desde la época de la tiza el docente a asumido compra de material didáctico, capacitación, material para los estudiantes - fotocopias, lápices,...-) cosa que ha servido para ir haciendo recortes presupuestales.
Retomando el comentario de los profesionales en otras áreas asumiendo la docencia, ha sido algo escandaloso que nunca se ha manifestado a la opinión pública. Se de docentes que ejercen otros cargos como lo es el derecho, pero han realizado la formación respectiva. En nuestro campo, solo se exigió a profesionales en otras áreas una especialización, hasta diplomados en pedagogía y con ésto, se dio el derecho de ingresar a una clase y hacer lo que se podía (conozco el caso de un ingeniero industrial que ingreso al colegio en el área de tecnología y renunció a los quince días, lo interesante, es que en el momento de la virtualidad vuelve a asumir la misma área, no pudo conseguir trabajo en su campo de acción).
Que existan docentes "malos" es cierto, pero con ellos se puede hacer juicios de valor fundamentados en los estudios realizados en sus licenciaturas...con los demás qué?
Resalto el siguiente segmento incluido en la reflexión que nos invita al foro de hoy: “En esta opinión se deja entrever que el padre de familia se queja que los docentes de sus hijos no tienen en cuenta que él como, la mayoría de padres de familia, debe trabajar y que no le es posible atender a sus hijos y al trabajo en el mismo horario. Estimado José, creo necesario responder a su comentario recordando que muchos de los docentes son también padres de familia”.
Y lo resalto porque creo fundamental, como marco general para referirse al “¿Qué han hecho los docentes durante pandemia?”, resulta necesario preguntarse acerca de quién tiene la responsabilidad de semejante desastre de pandemia que ya por un largo año ha padecido la humanidad entera. Vemos.
La pandemia que ha significado la enfermedad para millones, la muerte para centenares de miles no es democrática, los mayores damnificados son las poblaciones pobres, los negros, los migrantes, los mayores, los afectados por comorbilidades. Así mismo la crisis económica, que aceleró la pandemia, golpea con más brutalidad a los trabajadores y pobres del mundo, mientras un puñado de mega millonarios se enriquecen aún más.
El capitalismo, tras su desaforado e irracional apetito de ganancia, destruye la naturaleza y sumerge a la humanidad en la barbarie. Científicos desde hace años tenían proyectos de investigación sobre coronavirus, que NO fueron financiados por los capitalistas porque “no había suficiente mercado para una vacuna como esa”. El ánimo de lucro, las ansias de ganancias fáciles y rápidas de los empresarios y el carácter patronal de los gobiernos, que hoy produjeron el debilitamiento (cuando no destrucción) de los servicios públicos de salud, terminaron dejando a la población del planeta en total vulnerabilidad. El carácter rapaz de este sistema es tan brutal que el propio director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus se ha visto obligado a decir que: “Debo ser franco: el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico, y el precio de este fracaso se pagará con las vidas y el sustento de los países más pobres”.
Este fracaso moral catastrófico que advierte la OMS, lo estamos viviendo en nuestro país. De las más de 62.000 muertes, la mayoría de ellas se hubieran podido evitar, si nuestro sistema de salud no hubiera sido destruido por la Ley 100 que impuso Álvaro Uribe Vélez. Si en vez, de subsidiar a la banca y a los grandes empresarios, a los comerciantes de la salud -dueños de las EPS-, el gobierno uribista de Duque hubiera subsidiado a través de una renta básica a los millones de colombianos pobres que ante la brutal crisis económica se ven obligados a salir al rebusque para tratar de capotear el hambre y la miseria que los aqueja.
Por lo anterior es clave no caer en lo que quienes tienen la responsabilidad central de este desastre, nos quieren hacer caer: en enfrentar a profesores – padres y madres de familia – estudiantes. ¡No! La responsabilidad no es de la comunidad educativa, es de quienes mandan y deciden en esta sociedad.
Ahora sí… y qué han hecho los docentes en esta pandemia: En el caso de los maestros de los colegios oficiales, colocaron todo de sí, creando de un día para otro todo un sistema de educación remota, sin haber sido preparados para ello, y sin contar con el suficiente apoyo del Estado, usando sus propios recursos: su casa, sus servicios públicos, su internet, sus computadores (que en muchos casos tuvieron que contratar y comprar a las carreras)… usando sus horas de descanso… afectando la atención a sus propias familias… y dando un paso al frente para estar en la primera línea del apoyo a los estudiantes y a sus familias, trabajando en equipo con estas, lograron paliar la situación, para no dejar que se perdiera del todo el año escolar 2020 y, ahora, el 2021.
Los docentes han reinventado su horario laboral, al ampliarlo para muchas veces atender las consultas en horarios adicionales a los asignados a sus clases.
Muchos docentes han adicionado y ocupado su espacio laboral por sus casas: tablero, incremento del ancho de banda para mejor funcionalidad de la Internet y otros recursos tecnológicos.
Crearon espacios virtuales como repositorios para que los estudiantes suban sus labores académicas a calificar.
Incrementaron una comunicación con mayor seguimiento en sincronía o asincronía con los padres de familia.
Y mantuvieron el interés y la motivación de los estudiantes en sus clases apelando a su creatividad e innovación.
Entre los sacrificios de los docentes se encuentran:
Mayor tiempo a la atención de estudiantes y padres de familia, a veces descuidando las responsabilidades con su propia familia.
Incremento en el gasto monetario al pagar incremento en su ancho de banda, compra de nueva tecnología que no poseía para las clases.
Gasto en tiempo al adquirir conocimientos de las herramientas TIC para su implementación en las clases, recurrir a la autoformación, y si el costo de estos no es gratis pagar un costo adicional.
La mayoría han expresado dificultades para el estudio y aplicación de las TIC en sus clases, porque muchos docentes nunca los habían utilizado o habían sido apáticos con las mismas.
Los docentes se entregan las 24 horas a sus actividades por amor a su vocación !!
En mi caso, a pesar de la experiencia que había tenido con plataformas virtuales como Moodle, tuve que capacitarme en el manejo de espacios de reunión tipo Skype, Microsoft Teams, Zoom, etc.
Dirigir una clase virtual no es tarea sencilla, ¿cómo garantizar la atención de los estudiantes si muchos de ellos solo se conectan a la sala y luego quieren estar revisando redes sociales?. La experiencia me ha mostrado que la explicación debe ser sencilla y puntual, no he podido extenderme demasiado. Preguntar mucho, valorar positivamente la interacción de los estudiantes durante las clases virtuales y dejar de valorar solo la asistencia.
La experiencia en clases presenciales me dejó material virtual para mis cursos, material que iba subiendo a la plataforma Moodle del colegio a medida que lo adaptaba a cada curso, entonces pensé que tenía un gran camino adelantado. Pues no, resulta que este material se perdió porque el colegio tenía alojado los cursos Moodle en una plataforma gratuita con límite de espacio, como en época de pandemia todos los docentes tuvieron que subir material a la plataforma se superó el límite de espacio y había dos opciones, pagar la suscripción o perder el material, pues bien. Les comenté que había perdido años de trabajo.
Por tal razón, además del tiempo que dedicaba a la preparación de clases de manera habitual, debí reconstruir o volver a crear material para los cursos, esto es, cuestionario, páginas de consulta, volver a ver videos para enlazar al material, y no sé si les parece, pero conseguir videos con explicaciones pedagógicamente adecuadas no es sencillo, así que es una labor demandante.