LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN EN CASA, EN TIEMPOS DE PANDEMIA.
Para nadie es un secreto que la pandemia ha alterado la manera de vivir de la humanidad, por ende ha afectado la manera de vivir en familia y la educación en las instituciones no ha vuelto a ser la misma. A lo anterior se suma que ahora el trabajo de muchas personas es remoto, el distanciamiento físico es prioridad, los protocolos de seguridad son altos y para colmo, se presenta una posible cepa brasilera que es aún más letal que el virus en su fase actual. Esta serie de factores nos afecta a todos, pero creo que sobre todo a los padres de familia, dedicados por estos tiempos a complementar la educación de sus hijos, ¿porque?
Pues bien, el hecho de permanecer en casa, los niños, causa que los estudiantes pasen a depender de un aprendizaje basado en la coeducación (definida por Zhenjiang como el principio de respeto mutuo, cooperación, esfuerzos conjuntos y educación coordinada entre escuelas y familias, maestros y padres, y ambas partes comparten la responsabilidad de cultivar estudiantes y desarrollar conjuntamente actividades regulares y de cooperación para promover el crecimiento saludable y desarrollo comprensivo de estudiantes entre el colegio y la familia, donde la última adquiere un papel trascendental en una enseñanza escolar que tiene lugar en casa). Esta coeducación pone en evidencia la brecha histórica, social y económica que saca a relucir la desigualdad.
Y es que precisamente es la escuela la encargada de disimular o mimetizar este tipo de desigualdad, ya que por ejemplo si en el colegio se le brinda alimentación pues esta será para todos por igual. En cuanto al acceso de los computadores o herramientas de las TIC, en las instituciones no se segrega a ningún estudiante, todos tienen las mismas oportunidades de acceso. Por otra parte las explicaciones de los docentes en el aula son iguales para todos, es más, prácticamente cerca del 100% de los niños están presente durante el desarrollo de sus actividades académicas. Entonces el problema está en casa, ya que es allí en donde afloran las desigualdades.
Para empezar muchas personas consideran que en cada una de las casas de los niños hay computador, y lo que es peor, piensan que también cuentan con acceso a internet. Pero todo esto es mera suposición ya que según la UNESCO, un poco más de la mitad de los estudiantes del mundo no posee un computador y el 43% no tiene acceso a internet. Aquí ya aparece en escena la brecha existente entre los estudiantes que se pueden conectar y los que no, los que tiene y los que carecen, los que tienen y no aprovechan y los que hacen grandes sacrificios por tener.
Como si lo anterior fuera poco se añade otra variable en la calidad de educación que se recibe en casa, el tiempo. Se sabe que la educación en tiempos de pandemia requiere de mucho compromiso, dedicación y ante todo tiempo, pues los padres deben facilitar materiales, tiempos de conexión, horarios de estudio, supervisión del trabajo y lo que quizás más les cuesta, apoyo en la elaboración de los trabajos y tareas, pues deben ser los padres los primeros en evaluar el trabajo de sus hijos, pero ¿a qué horas? Y eso que no se ha considerado los factores asociados a la convivencia en el hogar, y más si se cuenta con más de un hijo en edad escolar.
Se han develado algunos factores que inciden en la calidad de la educación en casa, ¿propone usted otros?, ¿está de acuerdo con los aquí planteados?, ¿Qué solución plantea? Los invito a dejar sus opiniones.
Nota:
para la elaboración del documento se tuvo en cuenta un par de artículos tomados de:
Interesante tema,
Intentaré recrear un escenario que puede afectar la calidad de la educación en casa, escenario que ocurre en algunas ocasiones.
Una familia con dos o tres hijos, familia de pocos recursos así que padre y madre trabajan. No tienen conexión a internet domiciliaria, pero el padre en su celular, por alguna razón, tal vez laboral tiene conexión a internet.
Al ser encuestados los hijos, cuestionados sobre si tienen o no acceso a internet, ellos con seguridad dirán que sí, pues saben que su padre tiene plan de datos en su celular y les puede compartir.
Entonces es un hecho que los dos o tres niños de esta familia fueron contabilizados como personas que tienen acceso a internet, esto implica que, para el estado, ellos pueden recibir capacitación virtual.
Ahora bien, en la practica tal vez no funciona de manera tan simple. En la práctica, para que los hijos de esta familia tengan oportunidad de conectarse a internet deben esperar a que el padre llegue del trabajo, normalmente en horas de la noche. Deben también turnarse el celular que ahora para dos o tres hijos no da abasto.
Y ahora, imaginemos que este escenario no es poco frecuente, sino que ocurre con mayor frecuencia que la que uno como docente esperaría, por lo menos 4 estudiantes por salón de clases, es decir, 4 discentes de 40.
Entonces, ¿alentadora la perspectiva? ¿la solución es volver a la escuela ignorando el riesgo de contraer COVID-19?
El papel que desempeñan los diferentes actores de la comunidad educativa no es de reinvención, es de acomodación a un nuevo momento coyuntural donde se sugiere y hasta se impone una forma de trabajar.
Reinventarse para mi, es el cambio estructural que busca cambios en constante progreso, que no posibilita retroceso y que cuenta con un apoyo conjunto donde la capacitación, los recursos, los principios, las teorías, se conjugan en un cambio constante.
La palabra de reinventarnos me pareció un adjetivo que generaba constancia, que generaba aliciente.
Pienso que al volver al aula, muchas de las formas trabajadas volverán a sentarse en los salones y no por la intencionalidad de los docentes, esto sucederá debido a que llegaremos a los mismos colegios, a las mismas aulas, en mejores o peores condiciones.
El único avance conseguido, fue la participación de los padres de familia, están involucrados asumiendo en algunos grados inferiores hasta el papel del docente.
Como todos afirman, la pandemia cambio la forma en que todos llevábamos nuestra vida, y nos afecta de diferentes maneras a cada uno de nosotros, particularmente, la educación se vio afectada, no solo para estudiantes y maestros, sino también para los padres de familia, que tuvieron que realizar un acompañamiento casi permanente con sus hijos, con el fin de poder recibir las clases de forma adecuada, aunque ya sabemos todos los inconvenientes que esto trae para muchos, como lo afirma en el artículo, “según la UNESCO, un poco más de la mitad de los estudiantes del mundo no posee un computador y el 43% no tiene acceso a internet. Aquí ya aparece en escena la brecha existente entre los estudiantes que se pueden conectar y los que no.”
Por otro lado, vemos que hoy en día, los maestros ahora son capaces de crear y citar reuniones, subir material de diferente tipo, utilizar objetos virtuales de aprendizaje, participar y dirigir reuniones virtuales, lo que hace unos 6 meses atrás era complicado, y para algunos, imposible. Pero poco a poco la mayoría de los docentes han enfrentado la situación y conociendo las diferentes plataformas virtuales para poder continuar con su labor, en beneficio de los niños y jóvenes del país.
Esta pandemia generó un cambio que favorecerá a futuro la forma de reunirse entre profesores, directivos y padres de familia, lo que tendrá enormes beneficios para mejorar las relaciones entre toda la comunidad docente, lo que incidirá en la calidad de la educación a futuro.
En mi opinión el artículo propone una importante discusión, la de la calidad de la educación en casa en tiempos de pandemia. Y acierta en marcar cómo el cierre de los colegios, y el recargar el escenario educativo en el entorno del hogar, profundiza y agrava las desigualdades, de se por sí muy grandes en nuestros paises.
Que la educación preescolar, primaria, básica y secundaria se venga haciendo de manera no presencial durante la pandemia, es una situación que, obviamente, debe ser considerada absolutamente temporal y transitoria. El regreso a espacio escolar es vital para el mejor desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje, y muy especialmente para el proceso de socialización y formación de niños, niñas y adolescentes.
La realidad la actual modalidad de educación en casa es uno de los golpes y daños causados por la pandemia. Y, claro: el sistema escolar, en especial, el sistema de colegios y escuelas públicos es un mecanismo en favor de paliar en algo la desigualdad vigente de manera extrema en nuestra sociedad. En todo caso queda el impacto, este sí en beneficio de ampliar la desigualdad, referido a la existencia de la educación privada a la que acceden los hijos de las familias ricas, y los colegios y escuelas públicos.
Así lo formulan Javier Murillo y Cynthia Duk, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, España; y profesora de la Universidad Central de Chile, Chile, en su artículo "El Covid-19 y las Brechas Educativas":
“El impacto que el cierre de escuelas y otras restricciones sociales ha ocasionado en los grupos más desventajados, está suscitando gran interés y preocupación a nivel global. Es así, que académicos e investigadores alrededor del mundo han comenzado a desarrollar estudios…
Junto a ello, en toda la región los efectos del confinamiento están haciendo que se llegue a una verdadera situación de emergencia social. Millones de personas se han quedado sin los mínimos ingresos para subsistir, el hambre está incrementándose como no se veía hace décadas. Resulta difícil aventurar o afirmar si las administraciones no quieren, no pueden o no son conscientes de la situación, pero lo que está claro es que en muchos lugares es la sociedad, la comunidad organizada la que está prestando el apoyo necesario. Frente a los desastres de la pandemia emerge con toda su fuerza la esperanza de la solidaridad y de lo público como bien común a cuidar y valorar.
Esta situación afecta de manera especial a los niños y niñas. Así, ¿de qué educación estamos hablando si no hay para comer?”
(Ver: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-73782020000100011).
Desde el artículo que motiva este foro se invita a indicar otros factores que conducen a mayor desigualdad con la educación en casa en tiempos de pandemia. Agrego uno: los millones casos de familias que padecen la incertidumbre y la angustia para lograr qué comer o como mantener el techo de alquiler, en el día a día. En esas condiciones, ¿Qué lugar queda para que papá y mamá apoyen el proceso educativos su sus hijos en casa? ¡Muy difícil situación!
Y, ¿solución?... que mientras termine la pandemia el Estado coloque todos los recursos para lograr la mejor educación posible desde casa, y en la medida que la pandemia lo permita, desde algún porcentaje de presencialidad en los colegios con las condiciones de bioseguridad garantizadas. Y para esto se requiere mucha, mucha, plata; pero esta la hay… lo que falta es la decisión política para tomar medidas, como por ejemplo: que los bancos y empresas financieras aporten un impuesto de emergencia del 80% de sus ganancias durante el 2020 y 2021 (esto para ellos simplemente sería ganar menos de lo acostumbrado en un par de años); y que se aplique un impuesto de emergencia a las grandes fortunas. Esto permitiría, por ejemplo, pagar de inmediato un salario (con todas las garantías de seguridad social) a los cuidadores y acompañantes de los estudiantes en casa, en muchos casos las mamás, para que, resuelto el problema económico, puedan apoyar mejor la educación de los hijos e hijas. También se les podría resolver el problema de equipos y acceso a la internet a millones de familias. Sería un paso en la dirección correcta. Pero, un Luis Carlos Sarmiento Angulo y un Duque, ¿estarían de acuerdo?
Claro, yo no desconozco eso pero si los protocolos de bioseguridad se cumplen rigurosamente, no sería posible?
Además, el contagio está en todo lado, no sólo la escuela.
Y no será que la solución es volver a las aulas?
El artículo es claro y acertado en la descripción de los problemas que se presentan en la educación en tiempo de pandemia, se podría profundizar en el último planteamiento de que se sucede cuando el hogar tiene varios estudiantes, que ocurre con los horarios de conexión a quien se le da prioridad?
Pero ahora es el momento de pensar cómo se logra cerrar esta brecha.
Algunos colegios optaron por disponer de repositorio de guías, las cuales eran repartidas en las instituciones y deberían regresarlas a la misma, sera que esto si ayuda? O es algo como por llenar espacios.
Otro de los grandes inconvenientes es el tiempo de conectividad que puede tener casa estudiante para el cumplimiento de sus actividades, limitado
El Sistema Educativo Colombiano está basado en estructuras basadas en la clase magistral como principio principal, la inclusión de la tecnología tiene un atraso de décadas, la falta de recursos, medios y conectividad en las instituciones públicas es la constante, el sistema educativo esta orientado a generar mano de obra barata, entonces la organización curricular homogeniza a todos los estudiantes obligándolos a ver los mismos contenidos sin importar sus habilidades y destrezas o gustos personales, a ello se une el evidente atraso económico de las familias que en sus hogares carecen de recursos para adquirir herramientas tecnológicas y acceder a la conectividad de internet. A estas dificultades se le adiciona el difícil momento sociocultural que padecen las familias donde la mayoría son familias disfuncionales en las cuales los estudiantes están a cargo de uno de sus padres y desde luego tiene que trabajar para buscar el sustento, BITÁCORA DE INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL lo que ocasiona que los niños permanezcan solos o a cargo de personas ajenas al núcleo familiar. En el marco de la pandemia se acentuaron las dificultades económicas y las dificultades sociales, al tener que abordar la educación desde casa, aparecen y se hacen evidentes los grandes problemas que existen en cuanto a acceso a herramientas tecnológicas y conectividad y las instituciones educativas desnudan su falta de dotación y la deficiente conectividad, estudiantes desesperados sin herramientas para asumir de manera personal su autoformación, padres desubicados con grandes dificultades económicas y sin preparación y compromiso para acompañar el proceso formativo de sus hijos. En ese sentido intentar abordar de manera apresurada la educación virtual a causa del COVID 19, fue un profundo fracaso, ya que este tipo de estrategias pedagógicas requiere una infraestructura, una formación de autoaprendizaje y una capacitación docente previa, aspectos en los cuales hay muchas falencias, entonces, en las instituciones los docentes tuvieron que buscar alternativas diferentes y echar mano de sus herramientas personales para dar continuidad al proceso educativo. Entendiendo todas esas dificultades es claro que lo primero que se requiere es la reforma del sistema educativo teniendo en cuenta que: 1. El sistema laborar a partir de la pandemia tiene y tendrá transformaciones muy importantes. 2. Se requiere la transformación y actualización del sistema educativo. 3. Que la educación requiere si o si la inclusión de las herramientas tecnológicas para acercar a los estudiantes al mundo real que gira alrededor del desarrollo tecnológico. 4. Que se requiere una gran inversión tecnológica estatal en las instituciones públicas. 5. Que se requiere un proceso de formación y actualización de la planta docente