Lo ideal sería que toda la humanidad asumiera la vacunación como el medio apropiado para inmunizarse frente al coronavirus. Pero hay quienes le temen a la vacuna por los efectos que pudiese generar como si esos no fuesen una característica colateral de los medicamentos. Tal recelo me recuerda cuando escuchaba, de niño, que era preferible una pastilla a una inyección en las nalgas por el riesgo de quedar cojeando en una pierna. El colmo de lo asombroso son los recalcitrantes que afirman que la vacuna es un “arma biológica” que hace parte de un “plan de exterminio” de la población mundial.
Rechazar la vacuna es negar que en la lucha contra la enfermedad y la muerte, la ciencia ha sido la herramienta más eficaz del hombre para preservar la vida. De hecho, las vacunas han sido claves para que la humanidad disfrute de una mejor calidad de vida. Ha sido por el desarrollo científico que los humanos vivimos hoy más de 80 años. En épocas pasadas, moríamos muy jóvenes. La prolongación de la vida no ha ocurrido por azar o milagro. Vivimos más por la ciencia, que, como dice Yuval Harari, “es un asunto muy caro”, pues exige bastante dinero elaborar medicamentos, fabricar equipos hospitalarios y construir sofisticados laboratorios.
“Durante los últimos 500 años, la ciencia moderna ha logrado maravillas gracias en gran parte a la buena disposición de gobiernos, empresas, fundaciones y donantes privados que han donado miles de millones de dólares a la investigación científica. Estos miles de millones han hecho mucho más para explorar el universo, cartografiar el planeta y catalogar el reino animal que lo que hicieron Galileo Galilei, Cristóbal Colón y Charles Darwin”, dice Harari.
En Colombia hay que hacer pedagogía para que la ciudadanía acepte que la vacuna es la respuesta adecuada al virus. No colocársela sería una insensatez. Con mayor razón se justifica una campaña pro-vacuna en nuestro país si consideramos que no tenemos una población educada en la importancia del cuidado médico en gran medida porque el Estado no lo promueve con el entusiasmo necesario ni ha sido capaz de garantizar un sistema de salud impecable.
Otra de las motivaciones de la desconfianza en la vacuna es que surgió en un lapso muy rápido. La explicación es que hoy los tiempos de la ciencia son más cortos. Esta pandemia provocó una vertiginosa movilización científica en los países más poderosos y los resultados están a la vista en la variedad de vacunas producidas. En eso consiste el progreso humano. En que disponemos de mayores y mejores instrumentos para enfrentar las enfermedades. El virus nos ha golpeado duro, pero no tanto como otras pandemias ocurridas a lo largo de la historia. Cada día el hombre sabe más y va dejando atrás la ignorancia. El miedo a las vacunas es parte de esa ignorancia. Hay que confiar en la ciencia. Es la única que puede darnos la salud y la vida
Reflexión del Biólogo y periodista : Horacio Brieva

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Qué si me vacunaría? sí, claro que sí. Sin embargo, eso no significa que no tenga temor a los posibles efectos secundarios que la vacunación a gran escala puedan traer.
El poco tiempo que tardaron las farmacéuticas en obtener la cura, ese poco tiempo que muestran como el gran triunfo de la ciencia sobre la enfermedad, no deja de causarme interrogantes. No tanto por la ciencia, más bien por el poder económico que se encuentra tras bambalinas.
No es un secreto que las farmacéuticas pudieron ejercer presión en los estudios para lograr vender las vacunas. Ese es el temor, estoy seguro que protegen del virus, pero a qué costo?
En fin, prefiero mantenerme escéptico al respecto, no soy amigo de teorías conspirativas, pero si escéptico en cuanto a los manejos y presiones que las poderosas corporaciones farmacéuticas pudieron ejercer.
Será cuestión de esperar algunos años...
Aún así, que si me vacunaría, sí... y por una razón, el día que me corresponda la cita para vacunación estoy seguro que habrá pasado un buen tiempo.
Es cierto que el desarrollo de la tecnología a traído avances significativos en el avance de la ciencia médica, la creación de maquinas avanzadas y herramientas que permiten realizar procedimientos complejos con un menor compromiso o invasión física. si bien la evolución técnica y tecnológica es muy importante, también es una realidad que todo lo han convertido en negocio y las grandes farmacéuticas ven en las enfermedades su mejor oportunidad de negocio, es por ello que la economía de las potencias se basa en la fabricación de insumos químicos y es una realidad que a través de la historia se han creado muchas enfermedades y se limita el manejo de otras con el fin de mantener y/o prolongar el uso de medicamentos.
Con las vacunas sucede algo similar, el fin es bueno, pero es cierto también que dentro de ellas hay una manipulación y a través de la creación de los transgénicos se generan dificultades de salud y deficiencias que a la larga requieren el uso de fármacos. en este sentido puedo decir que existe un lado positivo en el desarrollo de los avances de la medicina, pero también es una realidad que el negocio farmacéutico. está por encima de la vida, prima el negocio antes que la salud y la vida.
Un gran ejemplo ocurre con las Eps que limitan la atención médica al máximo para ahorrarse recursos, el negocio está por encima de la salud y la vida.
De acuerdo con los diferentes artículos y pronunciamientos médicos de diferentes países que he podido leer, no hay ninguna evidencia científica de la efectividad real de la vacuna, se tiene que esperar que pase el tiempo para analizar el verdadero efecto de la vacuna en términos reales, tampoco es claro el impacto de los efectos secundarios que pueda generar.
Personalmente guardo distancia del planteamiento del video y prefiero mantener escepticismo al respecto de la vacuna en razón de diferentes circunstancias.
Los protocolos que impusiera la OMS han sido desvirtuados por los especialistas médicos. quizás esos protocolos tenían una clara intención de permitir la expansión del virus, de permitir muertes para generar pánico mundial etc.
Queda un marco de duda cuando se analiza por qué no aislaron desde el principio la región cercana al epicentro de la pandemia y permitieron que se esparciera por el mundo.
Genera duda analizar el por qué las farmacéuticas estaban preparadas para inundar el mundo de pruebas PSR, tapabocas, termómetros, medicamentos etc.
Genera manto de dudas por qué silencian a muchos médicos del mundo que se atreven a cuestionar públicamente con una base científica el manejo de la pandemia.
Al generar pánico mundial se abrió la puerta al millonario negocio de las farmacéuticas, donde desde luego las potencias económicas se distribuyeron el manejo y control a través de sus respectivas vacunas.
De acuerdo compañeros, no debemos guiarnos por información falsa presentada en las redes sociales en contra de la vacuna, por lo que tenemos tener cuidado a la hora de informarnos, y verificar las fuentes de esa información. Además, de exigir transparencia al gobierno, especialmente en nuestro país Colombia, para que nos informen, y para que el proceso de vacunación sea democrático. Para que no se pierdan de destinatarios las vacunas y sea rápido este proceso y todos nuestros estudiantes cuenten con ese respaldo para regresar con seguridad a las aulas de los colegios en forma presencial con sus docentes.
El miedo a la vacuna es sencillamente por la abrumadora información que circula por las redes. La paranoía es producto de las series de televisión, de las peliculas de cine, hasta tal punto que muchas personas se preparan para un apocalipsis Zombie. Es precisamente esta manipulación, la de la ciencia ficción, la que infunde o promueve chips de rastreo en las vacunas, lo que genera miedo y prevención.
Considero que la vacuna es necesaria y más cuando nos hemos dado cuenta, por experiencia propia o cercana, que eso del virus es cierto, que de veras mata. Yo espero vacunarme y esperar inmunidad de rebaño.
Todo este miedo hacia la vacuna para el covid-19 fue infundado lamentablemente, por los mismos médicos que salieron en varios medios de comunicación, generando polémica sobre el tema, causando confusión y mayor preocupación en las personas del común, por otro lado, la información, especialmente en redes sociales, no ayudo mucho a detener este tipo de desinformación, sino todo lo contrario, la esparció como un virus, que en cuestión de minutos, puso a dudar a gran parte de la población mundial. Es por esto, que es importante corroborar siempre que la información que recibimos sea de una fuente confiable.
Por otro lado, en cuanto a vacunarse, claro que lo haría, en el momento que me corresponda, teniendo en cuenta que la ciencia nos ha permitido mejorar el nivel de vida de los seres humanos, además, es momento de que cerremos esa brecha entre la ciencia y la fe.
Las vacunas al igual que todo medicamento puede generar efectos secundarios y tener efectos secundarios, o generar alergias en algunas personas.
Lo indicado es tratar de combatir la ignorancia a estos aspectos e informar adecuadamente sobre estos temas, una guerra que se vive ahora es en las redes sociales lugar donde aparece tanta desinformación y es compartida sin s certificarse.
Es bueno cuestionar lo que va sucediendo en el mundo pero todo con argumentos.
Aún existe gente que defiende la posibilidad de la tierra es redonda.
Vacunarse de inmediato sólo que en nuestro país eso va para
Vacunarse?...inmediatamente lo haría.
Ignorancia?...mucha.
Es necesario retomar la crítica y el estudio de casos desde las aulas. Hace poco tuve la oportunidad de dialogar con un exalumno cuyos hijos estudian en el mimo lugar y me causó gran interés escucharle: a mi hijo le digo que se pare en determinado sitio y lo hace, no aparece la pregunta por qué, para qué,...y remataba diciendo que su generación fue formada en el cuestionamiento, en el recibir información y de inmediato juzgarla, desglosarla y tomar acción. En la actualidad parece que la academia solo se centra en la información recibida y no en la información analizada, por lo tanto creo que los temores fundamentados en la actualidad surgen debido a que todo lo que circula en la red se toma como cierto, como última palabra, o la forma de ahondar está en la misma red vacía que se pone en consideración del que escucha.
Algo que me ha parecido aterrador es como algunas religiones asumen el discurso peor que las políticas o discursos de los gobernantes - en un mar de oscuridad lejano de las realidades - volviendo las vacunas como algo que no se permite porque no es de Dios invadir el cuerpo con propósitos del diablo, vacunas artificiales con propósitos de manipulación...
En el aula.. avanzar con la crítica, el estudio de caso...sólo academia aleja al estudiante de tomar posición
Vacunarse?...inmediatamente lo haría.
Ignorancia?...mucha.
Es necesario retomar la crítica y el estudio de casos desde las aulas. Hace poco tuve la oportunidad de dialogar con un exalumno cuyos hijos estudian en el mimo lugar y me causó gran interés escucharle: a mi hijo le digo que se pare en determinado sitio y lo hace, no aparece la pregunta por qué, para qué,...y remataba diciendo que su generación fue formada en el cuestionamiento, en el recibir información y de inmediato juzgarla, desglosarla y tomar acción. En la actualidad parece que la academia solo se centra en la información recibida y no en la información analizada, por lo tanto creo que los temores fundamentados en la actualidad surgen debido a que todo lo que circula en la red se toma como cierto, como última palabra, o la forma de ahondar está en la misma red vacía que se pone en consideración del que escucha.
Algo que me ha parecido aterrador es como algunas religiones asumen el discurso peor que las políticas o discursos de los gobernantes - en un mar de oscuridad lejano de las realidades - volviendo las vacunas como algo que no se permite porque no es de Dios invadir el cuerpo con propósitos del diablo, vacunas artificiales con propósitos de manipulación...
En el aula.. avanzar con la crítica, el estudio de caso...sólo academia aleja al estudiante de tomar posición
Coincido totalmente con el planteamiento de la conveniencia y necesidad de vacunarse, como el camino adecuado para protegernos de los males del COVID-19.
La afirmación: “…Rechazar la vacuna es negar que en la lucha contra la enfermedad y la muerte, la ciencia ha sido la herramienta más eficaz del hombre para preservar la vida…”, y que se complementa con esta otra: “…Cada día el hombre sabe más y va dejando atrás la ignorancia. El miedo a las vacunas es parte de esa ignorancia. Hay que confiar en la ciencia. Es la única que puede darnos la salud y la vida…”, hechas por el Biólogo y periodista: Horacio Brieva, a mi parecer, tiene total validez.
Para colocar en perspectiva resulta de interés el siguiente concepto con el cual termina un artículo publicado por National Geographic:
“La tecnología de ARNm, una nueva revolución en biomedicina
Si durante los próximos meses se confirma la seguridad a largo plazo y la efectividad de las vacunas ARNm para controlar la pandemia, es posible augurar una nueva revolución en la biomedicina. Se podrán diseñar y optimizar nuevas vacunas en un ordenador, fabricarlas bajo demanda en un tiempo récord y a bajo coste.
Se podrán diseñar vacunas múltiples contra varios patógenos al mismo tiempo, en una sola preparación. De este modo, la preparación ante una posible nueva pandemia sería mucho mejor y más rápida y se podrá avanzar hacia tratamientos personalizados contra otras enfermedades como el cáncer. Es una tecnología que puede cambiar la medicina actual, un mensaje de esperanza.”
Para ver el artículo completo, que es muy interesante, se puede visitar: https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/asi-funcionan-vacunas-arn-mensajero_16221.
Ahora bien, la anterior es una cara de la moneda: La de las maravillas que puede logar la ciencia, y sus aplicaciones tecnológicas. Casualmente para esto días vivimos otro hito: ¡la llegada de tres naves construidas por el hombre a marte, una de ellas colocando un robot en la superficie marciana! Maravilloso!!!
Pero la moneda tiene dos caras. Y, en el caso de las vacunas, la otra es lamentable: me refiero a cómo una vez logrado el “milagro” científico de las vacunas, estas son convertidas en meras mercancías al servicio de ánimo de lucro de las ultra-ricas transnacionales farmacéuticas, que se enriquecen traficando con lo que debería ser un derecho universal y público para toda la humanidad.
Es así que llegamos al absurdo de que mientras los países imperialistas, los llamados “desarrollados”, acaparan comprando dos y tres veces las vacunas que necesitan para el tamaño de sus poblaciones, en países pobres ni siquiera han llegado las primeras vacunas para los trabajadores de la salud, que luchan en primera líneas contra el COVID-19. ¡Es esta la “racionalidad” de este mundo gobernado por el capitalismo!
Y, a propósito, no hay que ser rico para jugársela a su servicio: ahí está el gobierno de Duque colocando a Colombia como el Caín de los países pobres, al votar en la Organización Mundial del Comercio en contra de la iniciativa de suspender temporalmente el derecho privado que otorgan las patentes de las vacunas, por tratarse en este caso de un bien de extrema urgencia y necesidad pública universal.